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Higiene íntima

La higiene íntima se refiere a cómo cuidamos y limpiamos la zona genital. Existen muchos mitos al respecto que pueden ser fácilmente desmontados, pero antes de aprender de su cuidado, es fundamental conocer y entender su anatomía. La vulva es la parte externa de la zona genital femenina y está formada por el monte de venus o pubis, los labios mayores y menores, el clítoris, el meato uretral (salida de orina) y la entrada vaginal. La vagina es un conducto fibromuscular que comunica el vestíbulo (entrada vaginal) con el cuello uterino, abrazándolo. 

El flujo vaginal es el término utilizado para referirse al líquido que sale a través de la vagina. Este normalmente es blanco o transparente y su cantidad varía caso a caso según varios factores: momento del ciclo menstrual, método anticonceptivo, embarazo, cantidad de hormonas, entre otros. Su formación proviene principalmente de 2 lugares, por un lado del líquido que se filtra a través de algunos vasos sanguíneos y por otro, de los 2 pares de glándulas: Bartolino y Skene. Las primeras están ubicadas en la parte inferior de la vulva y las segundas, se encuentran a ambos lados del meato uretral.

¿Cómo se protege nuestra vagina?

Tal como existe la flora intestinal, existe también una flora vaginal, la cual está formada por distintas bacterias buenas que mantienen cierta acidez, así protegiéndonos de las bacterias malas o patógenas.

Existe una concepción errónea respecto al aseo personal. Los lavados intensos o el uso de jabón no ayudan a cuidar la zona, sino que por el contrario, eliminan las bacterias buenas que nos protegen de patógenos externos. Este tipo de aseo puede cambiar el pH de nuestra vagina, lo que puede originar malestar, ardor o enrojecimiento. Estos síntomas pueden llegar a confundirse con una infección vaginal, incidiendo en el uso de tratamientos innecesarios.

¿Cómo podemos cuidar nuestra vagina y vulva?

  • Aseo solo con agua por fuera. No se debe usar el chorro de la ducha hacia dentro de la vagina (ducha vaginal), ya que barremos nuestra flora. Tampoco debemos usar jabón de forma directa.
  • Ropa interior de algodón idealmente suelta para dejar que entre aire.
  • Si usamos toallitas higiénicas que sean sin olor.
  • No usar protectores diarios.
  • Limpiarse desde adelante hacia atrás al ir al baño.

Muchas de las alteraciones del flujo vaginal e irritaciones de la vulva se resuelven al corregir estos puntos. Hay algunas vulvas más sensibles que otras y frente a cambios de jabón de ducha, detergente de ropa o tipo de ropa interior, se irritan fácilmente. Por eso, si te irritas o notas algo extraño, primero debes preguntarte si has hecho alguna modificación en tu rutina habitual. Probablemente si vuelves a lo que usabas antes, estas molestias se irán rápidamente, en caso de que permanezcan debes consultar con un especialista.

Beatriz Guendelman Hales

Ginecología y Obstetricia

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